Por Cesáreo González, abogado y analista jurídico-cultural

La libertad, antaño considerada el símbolo supremo de la emancipación humana, ha mutado en un instrumento de dominación. Así lo plantea Byung-Chul Han en su ensayo Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder, una obra que desmonta los mecanismos invisibles a través de los cuales el sujeto contemporáneo es dominado, no por la coacción externa, sino por una autoexplotación voluntaria y una hipertransparencia autodestructiva.

Del panóptico a la autoexplotación: de Foucault a Han

Han parte de Michel Foucault, quien describió en sus estudios sobre biopolítica y el panóptico cómo el poder moderno se internaliza en los cuerpos y mentes, transformando a los individuos en "empresarios de sí mismos". Pero mientras Foucault se enfocó en el control disciplinario y la vigilancia externa, Han revela que en el siglo XXI hemos ingresado en una fase más sofisticada: la psicopolítica, donde el control opera desde la libertad misma, desde el deseo del sujeto de producir, rendir, exponerse y superarse sin descanso.

El sujeto de la psicopolítica no necesita capataces ni cadenas. Se esclaviza a sí mismo bajo la idea de que lo hace por elección propia. El "tú puedes" ha reemplazado al "tú debes". Este desplazamiento es clave para comprender la nueva forma de poder, que Han denomina "neoliberalismo inteligente": un sistema que no reprime, sino que seduce; no prohíbe, sino que estimula.

La dictadura del rendimiento y el sujeto de rendimiento

En el mundo de la psicopolítica, el individuo deja de ser un sujeto obediente para convertirse en un sujeto de rendimiento. Es decir, alguien que se exige a sí mismo hasta el agotamiento, que mide su valía en términos de productividad, likes, seguidores, éxito visible. En este sistema, el burnout, la ansiedad, la depresión y el fracaso ya no son sólo problemas de salud mental, sino fallas morales percibidas como "no rendir lo suficiente".

Zygmunt Bauman, con su teoría de la "modernidad líquida", complementa esta visión: en una sociedad sin estructuras estables, el sujeto debe reinventarse constantemente. Esta flexibilidad, que se nos presenta como libertad, es en realidad una forma de precariedad existencial. La psicopolítica convierte esa inseguridad en motivación para producir más y mejor.

Big Data y el fin de la intimidad: el totalitarismo de la transparencia

Uno de los conceptos más provocadores de Han es la crítica a la "transparencia". En una era donde todo debe ser visible, medido y compartido, la opacidad, el secreto, la reflexión interior e incluso la vergüenza son abolidos. Esta dictadura de la transparencia transforma al ciudadano en una mercancía que se exhibe, se promociona y se entrega voluntariamente a plataformas que lo vigilan.

La psicopolítica, a través del Big Data, no sólo predice nuestro comportamiento, sino que lo condiciona. Ya no se trata de controlar cuerpos, sino de anticipar decisiones, moldear gustos, dirigir elecciones. Como señala Han, el "yo" se fragmenta en datos que se analizan, comercializan y manipulan. Esto constituye una nueva forma de esclavitud digital.

Resistencia y posibilidad de emancipación

Pero Han no se limita al diagnóstico. Propone una vía de resistencia que implica recuperar el silencio, la contemplación, el pensamiento lento. En un mundo que exige velocidad, la lentitud es subversiva. En un sistema que impone visibilidad, el anonimato es un acto de rebelión. La libertad verdadera, sugiere Han, no es hacer más, sino poder decir "no" al mandato de producir y exponerse sin tregua.

Conclusión: de la alienación consentida a la libertad crítica

Byung-Chul Han nos entrega, con un lenguaje claro y filosófico a la vez, un espejo inquietante de nuestro tiempo. Su obra invita a cuestionar el tipo de libertad que ejercemos, a sospechar de las formas dulces del poder y a rescatar espacios de autenticidad y reflexión. Frente a la psicopolítica, la conciencia crítica es más urgente que nunca.

Leer a Han es reconocer que la opresión del siglo XXI no lleva uniforme ni empuña un fusil: se disfraza de libertad, se autogestiona y se viraliza. Por eso, resistir comienza por pensar. Pensar, en su sentido más radical, es hoy un acto revolucionario.

Recomendación

En este contexto donde la vigilancia se disfraza de libertad y el control se vuelve emocionalmente seductor, se hace imprescindible fomentar una educación crítica que promueva el pensamiento independiente, el uso ético de la tecnología y el rescate de la esfera íntima. Las instituciones educativas, los medios de comunicación y los líderes culturales tienen la responsabilidad de formar ciudadanos capaces de reconocer y resistir las nuevas formas de sometimiento psicológico que el sistema neoliberal impone bajo la máscara del éxito y la autonomía.

Cierre

La psicopolítica revela que el verdadero campo de batalla del siglo XXI no está en las calles, sino en nuestras conciencias. Solo una ciudadanía despierta, capaz de pensar por sí misma y resistirse a los mandatos del rendimiento permanente, podrá aspirar a una libertad auténtica. La obra de Byung-Chul Han no solo debe leerse, sino vivirse como una brújula crítica en medio del ruido digital.

Bibliografía

Han, Byung-Chul. Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Barcelona: Herder, 2014.
Han, Byung-Chul. La sociedad del cansancio. Barcelona: Herder, 2012.
Foucault, Michel. Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Madrid: Siglo XXI Editores, 1975.
Bauman, Zygmunt. Modernidad líquida. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2000.
Han, Byung-Chul. En el enjambre. Barcelona: Herder, 2013.
Sibilia, Paula. La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2008.
Morozov, Evgeny. El desengaño de Internet: Los mitos de la libertad en la red. Madrid: Clave Intelectual, 2012.
 

 


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