Del pizarrón a la pantalla: historia, valores y evolución del sistema educativo dominicano (1930–2025)

Por: Lic. Cesáreo González, Abogado y Docente Universitario
1. Introducción: La educación que nos formó
A mediados de los años 70, en una escuela primaria de barrio, los estudiantes aprendían a saludar al maestro de pie, a izar la bandera con respeto y a recitar el Himno Nacional. Se enseñaba a ceder el asiento a los mayores, a expresarse con cortesía y a escribir con buena caligrafía. Esta formación se enmarcaba en la asignatura "Moral y Cívica". Hoy, en un contexto educativo marcado por la tecnología y el enfoque en competencias, surge la pregunta: ¿cómo ha evolucionado la educación dominicana y qué impacto ha tenido en la formación ciudadana?
Este análisis abarca desde 1930 hasta la actualidad, examinando las distintas etapas, sus métodos, sus resultados y, especialmente, su influencia en los valores y el civismo. Se analizan las causas y agentes de cambio, lo que se ha ganado y lo que se ha perdido.
2. 1930–1961: La escuela durante la época del gobierno de Rafael L. Trujillo
En la época del gobierno de Rafael L. Trujillo, la educación fue utilizada para la consolidación ideológica del Estado. La enseñanza de la lectura y la escritura estuvo acompañada de un culto a la figura del gobernante. La materia "Moral y Cívica" se implementó con el propósito de formar ciudadanos obedientes y respetuosos de la autoridad (Ley General de Educación No. 66-97, 1997).
A pesar de este contexto, la educación promovía valores como urbanidad, respeto hacia el maestro, disciplina y orgullo nacional. La formación del estudiante contemplaba no solo el aspecto académico sino también el desarrollo de actitudes cívicas.
"La escuela en esta época educaba para obedecer, pero también enseñaba a comportarse."
3. 1961–1990: Reforma y nuevos retos
Tras la caída del régimen en 1961, el sistema educativo experimentó una apertura política que impulsó reformas para descentralizar la educación, ampliar la cobertura y democratizar el acceso (Banco Mundial, s.f.).
La asignatura Moral y Cívica permaneció, transformándose en un espacio para fomentar la conciencia de derechos y deberes ciudadanos. La figura del maestro se consolidó como referente comunitario, y las escuelas rurales fueron centros de alfabetización social.
Aunque persistieron desafíos como recursos limitados y alta pobreza, esta etapa formó generaciones con valores sólidos, sentido de pertenencia y respeto institucional.
"Educamos a más niños, pero con menos recursos."
4. Efectos de la materia Moral y Cívica
La asignatura de Moral y Cívica tuvo un papel central en la formación conductual de los estudiantes, promoviendo respeto hacia la familia, la patria y los símbolos nacionales, así como valores fundamentales para la convivencia (Durkheim, 1975).
Generaciones aprendieron normas de urbanidad como respetar la fila, mantener el entorno limpio y valorar al maestro como figura de referencia. Este enfoque en la ética cotidiana contribuyó a delimitar lo correcto y lo incorrecto en la vida diaria.
Estudios pedagógicos actuales respaldan que la formación en valores desde la infancia incide positivamente en el desarrollo social y emocional, disminuyendo conductas antisociales y promoviendo la participación ciudadana (UNESCO, 2015).
"Los niños aprendían a ceder el asiento, a saludar, a escuchar primero y hablar después. La escuela enseñaba urbanidad, pero también humanidad."
5. 1990–2012: Globalización y reforma curricular
En esta etapa se introdujeron reformas estructurales, influidas por organismos internacionales, que dieron paso a un enfoque educativo basado en competencias, desplazando la educación memorística tradicional (Freire, 2007).
La materia Moral y Cívica fue sustituida por asignaturas como "Formación Ciudadana" o "Educación para la Vida", que aunque más modernas, no mantuvieron la profundidad formativa previa.
Se incorporó tecnología y métodos participativos, pero se observó una disminución en el respeto hacia la autoridad y el vínculo maestro-alumno, además de cambios en la disciplina escolar.
"Se alfabetizó al estudiante digital, pero se dejó morir al ciudadano ético."
6. 2012–2025: Inversión y retos persistentes
La asignación del 4% del PIB para educación generó expectativas en cuanto a mejora de infraestructura y calidad. Sin embargo, los resultados evidencian retos en gestión, formación docente y rendimiento académico (OCDE, 2022).
Se han reportado incrementos en la violencia escolar y un descenso en el respeto hacia los educadores. Además, indicadores internacionales colocan a la República Dominicana en posiciones bajas en lectura, matemáticas y ciencias.
"Ningún programa educativo será exitoso si se olvida de formar primero al ser humano."
7. Comparación crítica entre pasado y presente
Disciplina y respeto:
En la educación de antes, los niveles de disciplina y respeto eran más fuertes, mientras que en la actualidad se observan menores niveles en estos aspectos.
Formación moral:
Anteriormente, la formación moral era un elemento central y explícito del currículo. Hoy en día, esta formación es más difusa y fragmentada.
Competencias básicas:
La lectura, caligrafía y ortografía estaban sólidamente trabajadas en el pasado. Actualmente, aunque hay mayor cobertura digital, persisten brechas en estas áreas fundamentales.
Rol del maestro:
En épocas anteriores, el maestro ejercía autoridad y era un referente claro para los estudiantes. Hoy su rol se ha transformado en facilitador, enfrentando desafíos en liderazgo y disciplina.
Sentido patriótico:
El sentido patriótico estaba marcado y presente en la educación tradicional, pero se ha visto disminuido en la actualidad.
Indicadores actuales señalan que los estudiantes dominicanos enfrentan dificultades significativas en comprensión lectora y otros ámbitos (OCDE, 2022).
8. Comparación internacional
Países como Finlandia, Japón y Corea del Sur demuestran que la excelencia académica puede coexistir con valores y civismo, preservando pilares éticos mientras incorporan innovación (MINERD, 2021).
El sistema dominicano puede aprender de estos modelos para balancear tecnología y humanismo, ciencia y ética.
9. Perspectivas hacia la Agenda 2030
La educación dominicana debe alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el ODS 4, que busca garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad (ONU, 2015).
Se requiere una transformación integral que incluya formación docente de excelencia, acceso equitativo a tecnologías, fortalecimiento del currículo ético y evaluación basada en evidencias.
El compromiso de todos los actores — Estado, educadores, familias y sociedad civil — será fundamental para formar ciudadanos críticos, responsables y solidarios.
"El futuro exige ciudadanos críticos, éticos y solidarios. La escuela debe ser su cuna."
10. Conclusión
La educación dominicana ha avanzado en cobertura y modernización, pero enfrenta el desafío de recuperar el centro formativo en valores y civismo. La asignatura de Moral y Cívica representa un referente histórico valioso que invita a reconsiderar el papel de la formación ética en el currículo actual.
Incorporar estos elementos es imprescindible para formar no solo profesionales competentes, sino ciudadanos comprometidos con su país y su comunidad.
"Educar para la patria, no solo para el mercado."
Banco Mundial. (s.f.). Reformas educativas en América Latina y el Caribe. https://www.worldbank.org
Durkheim, É. (1975). Educación y sociología. Ediciones Ariel.
Freire, P. (2007). La educación como práctica de la libertad. Siglo XXI Editores.
Ley General de Educación No. 66-97. (1997). Gaceta Oficial de la República Dominicana.
MINERD. (2021). Informe anual del sistema educativo dominicano. Ministerio de Educación de la República Dominicana.
OCDE. (2022). Resultados de PISA 2022. https://www.oecd.org/pisa
ONU. (2015). Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. https://sdgs.un.org
UNESCO. (2015). Educación para la ciudadanía mundial: Temas y objetivos de aprendizaje. https://unesdoc.unesco.org
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