Por Cesáreo González, Abogado y Analista Cultural

  dos imágenes, dos mundos

En una sala de actos de una universidad, un grupo de jóvenes, con sus togas y birretes, espera el momento de recibir su título. Afuera, los padres y familiares llenan apenas unas pocas filas. El resto de las sillas está vacío. Los discursos se pronuncian, las cámaras graban, pero el eco del aplauso suena débil, casi tímido.

A unas calles de allí, en una discoteca, un “influencer” famoso por sus ocurrencias y estilo extravagante hace su entrada triunfal. El lugar está lleno hasta el techo; los teléfonos móviles se alzan como antorchas en la oscuridad, listos para capturar cada gesto. Las multitudes corean su nombre. Las luces, el humo de hookah y la música estridente convierten la noche en un espectáculo vibrante.

Esta no es una simple coincidencia. Es el retrato de un cambio cultural profundo: la fama ya no se construye únicamente con mérito, sino también con la capacidad de generar atención. Este fenómeno plantea preguntas sobre cómo valoramos la educación, el conocimiento y la cultura en la sociedad contemporánea.

 II. Diagnóstico de la sociedad actual

Hoy, personas con distintos estilos de comunicación o personalidades llamativas pueden alcanzar gran popularidad. Sus apariciones en medios y redes sociales superan en audiencia a conferencias académicas o clases magistrales.

Mientras tanto, quienes dedican su vida al estudio, la investigación y la enseñanza a veces no reciben la atención que merecen. Un maestro o un estudiante destacado apenas obtiene reconocimiento mediático, mientras que quienes generan espectáculos reciben un seguimiento masivo.

Este fenómeno revela un patrón social donde el entretenimiento llamativo puede atraer más atención que el contenido educativo o cultural, y pone de relieve la importancia de crear estrategias para que la educación también sea valorada y visible.

 III. Cambio de valores: del respeto al impacto mediático

Hubo un tiempo en que hablar correctamente era un signo de prestigio y respeto. Hoy, la capacidad de generar interés inmediato puede ser más valorada que la precisión o la profundidad. Esto no necesariamente implica que todo lo superficial sea negativo, pero sí evidencia un cambio en cómo se percibe la autoridad cultural y educativa.

Postman (1985) señala que “nos entretenemos hasta morir”, reflejando cómo la forma puede dominar sobre el contenido. Este cambio cultural afecta tanto a la percepción pública como a la autoestima de aquellos que buscan aportar conocimiento.

 IV. Los medios como generadores de atención

La programación mediática busca equilibrar entretenimiento y educación, pero la audiencia masiva muchas veces prioriza lo llamativo. Algoritmos digitales, publicidad y preferencias de consumo determinan qué contenidos se viralizan, potenciando el alcance de quienes generan espectáculo.

Debord (1967) advierte: “En el mundo realmente invertido, lo verdadero es un momento de lo falso”. Esto invita a reflexionar sobre cómo la sociedad recibe y valora información, y cómo los medios podrían contribuir a resaltar contenido educativo y cultural de manera atractiva.

 V. Juventud y educación: equilibrio necesario

Los efectos de esta dinámica ya se observan en las nuevas generaciones. La figura del intelectual puede parecer menos atractiva frente a la fama mediática, pero la educación y la cultura siguen siendo fundamentales para el desarrollo personal y social.

Han (2014) describe la “dictadura de la visibilidad”: ser visto no reemplaza el valor del conocimiento. Por ello, programas de mentoría, actividades extracurriculares y experiencias educativas deben equilibrar el aprendizaje con estrategias que conecten con intereses contemporáneos.

Además, es vital fomentar espacios donde los jóvenes puedan experimentar con creatividad y liderazgo, integrando la educación formal con habilidades prácticas y sociales.

 VI. Análisis del rumbo cultural y sus implicaciones

El cambio cultural tiene varias causas: la masificación de las redes sociales, la difusión de contenidos llamativos y la rápida circulación de información. Esto genera ventajas y desafíos:

Aspectos positivos:

Mayor visibilidad para personas que antes no tenían voz.; Rapidez en la difusión de mensajes positivos y educativos.; Nuevas oportunidades económicas y laborales en el ámbito digital.;  Incentivo a la creatividad y la innovación en la producción de contenidos.; Aspectos a cuidar:; Mantener la valoración del conocimiento y la educación; Evitar que la superficialidad desplace el pensamiento crítico. Incentivar contenidos culturales y educativos que sean atractivos para todos.; Fomentar hábitos de consumo consciente y responsable de información.; Sugerencias para equilibrar:Integrar educación mediática en las escuelas.
Promover contenidos culturales y educativos atractivos y dinámicos.; Fomentar campañas que valoren el esfuerzo, el estudio y el pensamiento crítico.
Crear alianzas entre medios, universidades y organizaciones culturales para aumentar la visibilidad del conocimiento.; Desarrollar espacios participativos donde los jóvenes puedan crear y compartir contenido educativo.
 

VII. Análisis económico: atención y oportunidades

En términos económicos, quienes generan gran visibilidad en medios y redes digitales pueden obtener ingresos importantes gracias a patrocinios y publicidad. Esto refleja cómo la economía de la atención prioriza el impacto sobre la profundidad.

Sin embargo, esto también abre oportunidades para que los creadores de contenido educativo encuentren formas innovadoras de monetizar su conocimiento. Plataformas digitales, talleres, webinars y colaboraciones con instituciones pueden ser vías rentables que premien la educación y la cultura.

Reconocer esta dinámica permite orientar estrategias educativas y culturales para que el conocimiento tenga un espacio atractivo y rentable, incentivando la producción de contenido de calidad.

 VIII. Recomendaciones educativas y culturales

Educación mediática: enseñar a analizar críticamente contenidos de medios y redes; Incentivos a la cultura, fomentar proyectos que combinen entretenimiento y educación; Contenidos atractivos: diseñar formatos dinámicos que integren cultura, ciencia y arte; Campañas de reconocimiento al estudio,  destacar logros académicos y culturales; Alianzas educativas: conectar universidades y medios para difundir conocimiento; Mentoría y actividades prácticas: fomentar creatividad, investigación y pensamiento crítico; Consumo responsable de medios, educar sobre la importancia de seleccionar información confiable y enriquecedora; Plataformas digitales educativas, aprovechar la tecnología para expandir el alcance de contenidos culturales y educativos; Promoción de habilidades blanda, fortalecer comunicación, liderazgo y ética profesional en espacios educativos.
 

IX. Conclusión: valor del mérito y la educación

El objetivo no es eliminar el entretenimiento, sino equilibrar la atención que recibe la cultura, la educación y la formación intelectual. Fomentar la curiosidad, el aprendizaje y el pensamiento crítico asegura que las nuevas generaciones puedan disfrutar de lo llamativo sin perder de vista lo valioso.

El verdadero influencer, desde la perspectiva educativa, es quien inspira a aprender y a crecer, promoviendo tanto conocimiento como valores sociales positivos. La educación y la cultura deben ser presentadas de manera atractiva y accesible para que puedan competir en relevancia con el contenido popular.

 Bauman, Z. (2007). Tiempos líquidos. Barcelona: Tusquets.
Debord, G. (1967). La sociedad del espectáculo. París: Buchet-Chastel.
Han, B.-C. (2014). En el enjambre. Barcelona: Herder.
Postman, N. (1985). Divertirse hasta morir. Nueva York: Delacorte Press.


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